En clase, llevamos una actividad práctica que consistió en elegir una estrategia para contar un cuento (lectura, narración con libro o cuentacuentos).
Nos dividimos por grupos, de tres o cuatro, y compartimos los diferentes libros que habíamos elegido, cada una siguiendo una estrategia.
Elegí un libro del que ya he hablado, “¡A mí no me comas!”, debido a que ya había realizado varias experiencias con niños contándolo de diferentes maneras y quería ver el resultado en adultos. El libro cuenta la historia de Mateo, de cómo supera su miedo a los monstruos cuando tras comerse a toda su familia, casi se come a su mamá. Cuando les contaba el cuento a los niños, estos permanecían atentos hasta el final, y cuando lo contábamos de nuevo, se acordaban de las frases textuales, así que si las cambiaba, me corregían.
En la experiencia con mis compañeras, preparé el cuento leyéndolo repetidas veces para conseguir una entonación más adecuada, con las pausas necesarias y una interacción con el público que mantenga la atención. Elegí la estrategia de narración con libro debido a que considero que las ilustraciones aportan mucho a la historia.
En esta actividad, recibí feedback de mis compañeras. En general tuvo muy buen impacto, gustó mucho el libro, tanto historia como ilustraciones, y recibí felicitaciones por mi modo de llevar a cabo la narración con libro y mi expresividad. Por otro lado, también recibí consejos para mejorar, más concretamente, recordar nombrar el título al comenzar y añadir unas onomatopeyas a la narración que había pasado por alto.
Personalmente, resultó una experiencia muy enriquecedora y divertida. Pasé un buen rato con mis compañeras y aprendí mucho sobre las estrategias al estar viviéndolo desde la perspectiva del público y también del narrador. En lo relativo al resto de libros, me gustaron especialmente “Orejas de mariposa” y “En busca del beso”, los encontré tremendamente bonitos y divertidos.
También me sorprendió la historia de “Barbazul”. La usé con la estrategia de cuentacuentos en niños de 3, 5, 6 y 8 años y fue un éxito, a pesar de ser una historia que a primera vista no parece que vaya a resultar interesante. Los niños me pidieron varias repeticiones y disfrutaron mucho de la experiencia.
Muy bien. Solo falta que digas cómo introducirías la historia en el aula y qué preguntas plantearías al terminar la narración.
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